LA
EDUCACIÓN
PRIMARIA
Y SECUNDARIA EN ESPAÑA,
UNA
GRAN MENTIRA
CÓMO REVERTIR
LA SITUACIÓN
I.
Preámbulo sin eufemismos.
II.
Los exámenes externos en Primaria: urgente necesidad.
III.
La Reválida al final de la ESO,
imprescindible.
IV.
Es inaplazable derivar a los alumnos muy
conflictivos a centros especializados.
V. APUNTES FINALES
I.
PREÁMBULO
SIN EUFEMISMOS
1.
El statu quo en la inmensa mayoría de las aulas de la ESO y también crecientemente en las de Primaria es tétrico.
2.
El motivo principal es que se han
menospreciado los dos axiomas esenciales que desde tiempo inmemorial hicieron
posible el aprendizaje efectivo de niños y jóvenes:
a)
Que el profesor debe siempre tener la
sartén por el mango, para lo que debe contar con suficientes e inmediatos recursos disuasorios y punitivos.
b)
Que el alumno, matices aparte, va al colegio o
instituto a hacer lo que se le dice, y
punto.
3.
La única forma de asegurar una buena
formación para todos los niños y adolescentes independientemente de su
extracción social es restablecer el orden
en los centros educativos y
establecer unos controles homologados de
calidad. Poner piedras en el camino
de dicho orden y de dichos controles es por tanto profundamente antisocial.
4.
Lo que trasciende a la prensa, a la
sociedad y a los padres no es la punta del iceberg (12.5% de su masa total)
sino un ínfimo fragmento de la cruda e infame
realidad. La insolencia y desobediencia, las amenazas, insultos, acosos y
agresiones son el pan nuestro de cada día en nuestros centros de ESO y de PRIMARIA.
La humillación a los maestr@s y profesor@s, y a no pocos alumn@s, es
constante e impune; y es constante por
impune. En estas condiciones ni los docentes pueden ni podrán nunca
enseñar ni la mayoría de los discentes
pueden ni podrán nunca formarse adecuadamente.
5.
Los mandatarios de España llevan dos décadas engañando
a los ciudadanos y disfrazando la ciénaga en que se encuentran nuestros centros
educativos. Es hora de que adopten, con decisión y sin melindres, las medidas
legales y operativas que aseguren el buen fin de los multimillonarios recursos
que nuestra sociedad dedica a la formación estudiantil. Esos recursos llevan
lustros siendo malversados: estamos invirtiendo en el pedregal del desorden en vez de preparar el terreno para que la
convivencia en los centros y la rentabilidad social de ese gasto público
resulten satisfactorias.
6.
Las cifras “oficiales” de fracaso
escolar, siendo de por sí alarmantes, esconden una realidad mucho más demoledora porque el
nivel “para aprobar” se ha rebajado
hasta niveles escandalosos. Si se contabilizaran los alumnos que sí “aprueban”
pero que ni de lejos han adquirido los conocimientos y habilidades esenciales
que determinan los Planes de Estudios,
el fracaso “real” alcanzaría, tanto en Primaria como en Secundaria-, a
no menos del 90% del alumnado. Eso,
tirando por lo bajo.
II.
LOS
EXÁMENES EXTERNOS EN PRIMARIA:
Una imperiosa necesidad
1.
Las
REFORMAS
o DECISIONES que los grupos del Congreso barajan consensuar en esta legislatura respecto a
nuestro sistema educativo son "más de lo mismo" y por tanto SERÁN TOTALMENTE INEFECTIVAS si no se establecen tres exámenes externos con
consecuencias académicas a lo largo de la Primaria porque sin dichos exámenes seguiría sin
existir ningún control de calidad neutral
y objetivo entre los 6 y los 16
años, que son los años fundamentales
en la formación de los niños y adolescentes; y por
ende en el nivel educativo de
cualquier país.
2.
Los
controles externos (pruebas de Estado) se habrán de implementar al acabar
2º, 4º y 6º
de Primaria.
3.
Si
el control externo sólo se estableciera al acabar la Enseñanza
Secundaria, nos estaríamos ocupando únicamente (cuando el mal ya está hecho y
es irreversible) de que los alumnos que pasen al Bachillerato tengan la adecuada
preparación pero no de que todos los alumnos hayan aprovechado al máximo sus
diez años de escolarización obligatoria.
4.
Es más cómodo para un maestro, y
relativamente comprensible en el creciente clima de indisciplina escolar, “zafarse”
hablando de la Luna en vez de enseñar a sus alumnos a multiplicar o a redactar.
Hablar de la Luna u ocupar el tiempo en
otro tipo de actividades sencillas y semi-lúdicas puede ser formativo. Pero lo
prioritario y obligado, aunque resulte más arduo, es cumplir los objetivos
esenciales señalados en el Plan de Estudios de cada curso.
5.
Lo
que realmente motivará a los maestros a esforzarse cotidianamente en pos de la
consecución de esos objetivos esenciales serán los exámenes externos en los que su buen o mal desempeño quedarán
en evidencia ante las autoridades educativas, ante sus compañeros y ante
los padres.
6.
En cuanto a estos, a los padres y
madres, la mayoría no darán importancia a unos “diagnósticos o controles
informales” que no condicionen el paso de sus hijos al curso siguiente. Y por
tanto no motivarán suficientemente a sus hijos para que su quehacer diario les
posibilite la superación de dichos controles. Si estos tienen consecuencias
académicas, todos se esforzarán mucho más.
7.
Las pruebas de control externo que han
de realizarse a los, aproximadamente, 8,
10 y 12 años de edad no tienen por qué ser complejas, largas ni traumatizantes:
bastarán unas preguntas y ejercicios que detecten el nivel de lectoescritura,
matemáticas y otros saberes básicos.
III.
LA
REVÁLIDA AL FINAL DE LA ESO,
TAMBIÉN IMPRESCINDIBLE
1. Es
preciso asegurar que los estudiantes que opten por cursar el bachillerato
tengan el nivel suficiente para asimilar sus contenidos esenciales. No se trata
de “buscar que pasen menos alumnos” sino de que todos estén muchísimo más
preparados al acabar la ESO.
2. Es
una demagogia inadmisible afirmar que las reválidas implican una segregación o
elitización educativa. En las reválidas no se califica en base a la cuenta
corriente o al patrimonio de los padres sino en virtud de lo que un alumno sabe
o no sabe. Las reválidas las pueden aprobar o suspender, indistintamente, los
hijos de un millonario y los de un
albañil o un parado.
3. Desde
la ley de 1970 la enseñanza fue obligatoria y gratuita hasta los 14 años. No
había por tanto discriminación sino que en todo caso cada alumno se integraba o
discriminaba a sí mismo según fueran su esfuerzo y sus capacidades. El
bachillerato también era virtualmente gratuito porque existían becas –de
matrícula, libros y transporte- para quienes las necesitaban. En consecuencia
todos los niños y jóvenes que hicieron la EGB –y en su caso el BUP- tuvieron
similares oportunidades para aprender.
De hecho, la mayoría de los médicos, ingenieros, profesores, y otros
universitarios que hoy tienen entre
40 y 60 años, no estudiaron en centros
privados sino públicos. Su formación al
acabar el COU y por tanto su capacidad para afrontar sus estudios
universitarios era similar a la de los
colegas que estudiaron en colegios privados o concertados. La brecha entre unos
y otros centros era, en aquel entonces,
mínima.
4. Desde
la LOGSE, la obligatoriedad y gratuidad
se extendió hasta los 16 años. Ningún partido ha planteado jamás que la enseñanza
deje de ser universal y gratuita. ¿De qué elitización o segregación estamos
hablando?
5. La
verdadera y enorme elitización que se ha
generado en España la trajeron “de facto” la LOGSE y los psicopedagogos
“buenistas” a cuyos cantos de sirena y putrefactos frutos se han sorprendentemente
subordinado las autoridades educativas sin excepción. El resultado está a la
vista: desde 1995 se ha ensanchado la
brecha educativa entre colegios públicos y privados hasta un nivel inimaginable
incluso hace cincuenta años. El abismo educativo entre la clase alta y las
menos pudientes es hoy descomunal.
6. Que
las reválidas propician un mayor involucramiento y motivación de padres,
alumnos y profesores es un hecho incontestable evidenciado en el antiguo
COU, el actual 2º de Bachillerato y la PAU subsiguiente a ambos. ¿Es malo, a
alguien le molesta, suscitar dicha motivación no sólo a estas alturas sino
desde el inicio de la escolarización de nuestros hijos?
7. Los
resultados de unas pruebas externas bien planteadas no tienen por qué ser ni
aleatorios, subjetivos ni traumatizantes. El que suscribe hizo entre los diez y
los diecisiete años de edad las siguientes:
a) Examen
de Ingreso al Bachillerato (a los 10 años).
b) Reválida
de Bachillerato Elemental (a los 14 años).
c) Reválida
de Bachillerato Superior (a los 16 años).
d) Prueba
de Madurez al acabar el PREU, mucho
más exigente que la PAU (a
los 17 años).
8.
Suspender una reválida o una prueba
externa no implica consecuencias irreversibles si el nivel del alumno no dista
mucho del deseable porque existirá, como
siempre existió, una convocatoria en junio y otra en septiembre, así como la
posibilidad de, repitiendo o no curso, presentarse al año siguiente. Si el alumno, por su negligencia,
agota las convocatorias, dispone de estudios profesionales alternativos; y
dispondrá a lo largo de su vida de otras oportunidades, entre ellas los Centros
de Adultos, para mejorar su formación.
IV.
ES INAPLAZABLE DERIVAR
A
LOS ALUMNOS MUY CONFLICTIVOS
A CENTROS
ESPECIALES
1. Las pruebas externas
sin duda implicarán una dinamización y galvanización de nuestro sistema
educativo pero...
…NO SE PUEDE
PRETENDER QUE LOS MAESTROS Y PROFESORES CUMPLAN PLENAMENTE LOS OBJETIVOS DE
CADA CURSO (ni por ende que la Instrucción Pública funcione bien en España) EN UN MARCO DE HUMILLACIÓN, DE INDISCIPLINA Y DE FALTA DE
RESPETO.
2. Para garantizar (en Primaria y en
Secundaria) una aceptable progresión del 95% de nuestros niños y jóvenes es imprescindible que el 5% de alumnos que viene mostrando una actitud de
sistemática desobediencia, indolencia, obstrucción al trabajo en clase, agresividad o irrespetuosidad SEA DERIVADO A CENTROS ESPECIALES
con
profesorado voluntario, incentivado y especializado.
3. Estos
Centros Especiales se dotarán de normas de convivencia especialmente estrictas
y específicas, de inapelables recursos
preventivos y sancionadores, y del personal
de seguridad que sus circunstancias demandarán.
Este personal de seguridad incluirá a un agente de la Policía Nacional (o en su
defecto, de la Policía Local) que estará
de servicio en cada uno de estos centros durante todas sus horas de
funcionamiento.
è Entre las normas de estos centros
especiales se incluirán las que propician hábitos de autocontrol como: entrar
en formación y en silencio a clase desde el patio al principio de la jornada y
tras el recreo; establecer como falta grave el tuteo a los profesores y al
personal del centro; recibir a los profesores en pie y en silencio; penalizar
las conductas o actitudes inadecuadas con la permanencia en el centro durante
dos horas añadidas a la jornada escolar y en su caso con la asistencia obligada
al centro los sábados por la mañana; y
otras de similar rango. En casos más graves como el intento de agresión o la
agresión consumada, el personal del centro estará autorizado al empleo
proporcionado de la fuerza física
y/o de técnicas y materiales de inmovilización.
à La presencia constante en estos
centros de un agente de la Policía Nacional o en su defecto de la Policía
Local está sobradamente justificada por el hecho de
que muchas de las conductas que se producen en los centros no constituyen meras
faltas escolarmente graves sino delitos.
La proximidad del agente de servicio implicará una deseable prevención y posibilitará que cualquier persona (alumno,
profesor o trabajador) pueda efectuar su denuncia in situ y con carácter
inmediato, reforzándose así la disuasión del atropello a la integridad física y síquica de los
miembros de la comunidad educativa y la defensa de sus legítimos intereses y
derechos.
à Las medidas disuasorias pueden
incluir el establecimiento, al cumplir los dieciséis años de edad, de un
servicio social no retribuido y de un año de duración para aquellos alumnos que
tampoco hayan “entrado en vereda” durante su estancia en los centros especiales.
Si hasta hace unos años todos estábamos obligados (sin haber hecho nada malo) a
realizar el servicio militar (o más tarde opcionalmente la prestación social
sustitutoria) a nadie puede sorprender que quienes han obstruido reiteradamente
el funcionamiento de sus centros educativos compensen mínimamente a la sociedad con la prestación de
un año de servicios comunitarios.
4. Es IMPOSIBLE garantizar la autoridad profesoral si la praxis habitual sigue siendo que el alumno perturbador siga en el centro de todos modos
o que como mucho se le cambie a otro centro "normal".
5. Los
centros especiales impartirán, en cada curso y nivel, las mismas enseñanzas que
los centros normales.
*Cabe
estudiar la posibilidad de que el horario oficial de estos centros sea de nueve de la mañana a cuatro de la tarde pero con salida
anticipada a las dos de la tarde para los alumnos cuya conducta y aplicación
sean adecuadas. De esta forma “vestimos” un posible castigo como un estímulo
positivo y de paso impedimos que nadie objete una posible ilegalidad al alargar
“arbitrariamente” la jornada escolar… porque no se alargará nada sino que se
cumplirá el horario establecido aunque dispensando “a los buenos” de las dos
últimas horas de permanencia en el centro. Obviamente, las horas de 2 a 4 no
serán lectivas sino de estudio, refuerzo y actividades complementarias.
6. Los
centros especiales no implicarán sobrecoste significativo al no ser preciso construirlos ni dotarlos,
toda vez que se aprovechará en cada ciudad o comarca uno de cada diez de los
centros actuales, dejando los nueve restantes para la enseñanza normalizada.
7. De
esta forma tanto los alumnos “normales” como los que muestran una
conflictividad muy marcada saldrán
beneficiados y progresarán muchísimo más que en la actualidad.
8. El
procedimiento de derivación de los alumnos conflictivos a los centros
especiales será agilísimo y podrá efectuarse en cualquier momento del curso.
9. La
derivación de los alumnos conflictivos a los centros especiales no será
necesariamente irreversible. Por ejemplo un alumno derivado a los 7, 9, 11 o 14 años a un centro especial podrá
reintegrarse a un centro normal cuando (y si) su evolución denota que su
presencia en el mismo no pondrá en peligro su correcto funcionamiento.
10. La mera existencia de estos centros especiales
inducirá automáticamente
la mejora del comportamiento general
del alumnado de los colegios e institutos.
10. La mera existencia de estos centros especiales
inducirá automáticamente
la mejora del comportamiento general
del alumnado de los colegios e institutos.
V.- APUNTES FINALES
· Las propuestas de este documento podrían, por qué no, introducirse en primera instancia con carácter experimental en varias provincias españolas para, vistos los resultados, introducir posibles correcciones y mejoras antes de generalizarlas a todo el territorio estatal.
· Nadie
mínimamente sensato puede dudar que cuando se comprueben los fulminantes y
benéficos efectos en las provincias-piloto, el resto de España clamará por la
urgente generalización de las reformas propuestas.
·
Clamará la gran mayoría de los padres.
Clamarán los alumnos que quieren aprender y ser respetados. Clamará un
profesorado que por fin habrá recuperado su dignidad.
La libertad, si es ilimitada, se anula a sí misma.
La libertad ilimitada significa que
un individuo vigoroso es libre de acosar o asaltar a otro débil y de privarlo
de su libertad. Es precisamente por esta razón exigible que el Estado limite la
libertad hasta cierto punto, de modo que la libertad de todos esté protegida
por la ley. Nadie quedará, así, a merced de otros, sino que todos tendrán
derecho a ser protegidos por el Estado.
Paradoja de la libertad. KARL POPPER
(1902-1994)
à Todo sistema educativo que ignore el binomio palo-zanahoria está condenado
al fracaso, del mismo modo que toda sociedad que ignore dicho binomio está
abocada a la descomposición. Los seres humanos tendemos a la libertad, a actuar
“como nos da la real gana” y sólo limitamos ese albedrío si la comisión de un
acto antisocial nos va a perjudicar. Las referencias morales están íntimamente
entrelazadas con la existencia o no de castigo.
La impunidad es anti-educativa.
à Los alumnos han de adaptarse a la escuela y no a la inversa como predican
algunos psicopedagogos carentes de sentido común y que jamás han ejercido la
docencia ni durante un mes consecutivo. Un alumno saboteador del ambiente de
trabajo debe ser apartado y educado en centros especiales, del mismo modo que
una manzana podrida se separa de las demás para que no las contamine.
à Los conceptos “comprensivos” e
“inclusivos” llevados al extremo envilecen la educación. La clasificación de
alumnos y su encuadre en un curso u otro en base a sus conocimientos previos
han sido a lo largo de la historia, son, y serán siempre, un elemento
primordial para la optimización del aprendizaje y para la rentabilidad social
de los recursos invertidos en la instrucción pública.
LIEMIO REMARO
LA CULPA DE LA VERGONZOSA SITUACIÓN DE NUESTROS CENTROS
NO ES SÓLO DE LA PASIVIDAD DE LOS POLÍTICOS SINO DE "TU" SILENCIO.
NO TE QUEPA LA MENOR DUDA DE QUE SI LAS REFLEXIONES Y PROPUESTAS DE
ESTE BLOG CORREN COMO REGUERO DE PÓLVORA POR TODA ESPAÑA,
ESTE BLOG CORREN COMO REGUERO DE PÓLVORA POR TODA ESPAÑA,
LA SITUACIÓN CAMBIARÁ RÁPIDA Y RADICALMENTE.
LOS POLÍTICOS NO HARÁN NADA QUE LA SOCIEDAD NO LES EXIJA QUE HAGAN.
TÚ ERES "LA SOCIEDAD" . DIFUNDE EL ENLACE DE ESTE BLOG.
https://resolverviolenciaencentroseducativos.blogspot.com
GRACIAS.
https://resolverviolenciaencentroseducativos.blogspot.com
GRACIAS.
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