lunes, 20 de febrero de 2017


“VOLVER”

AL  BUP  y  COU,

LA  UNICA  SOLUCION

 

Propuesta de D. Emilio de Fez Marrero       
al Congreso de los Diputados,
al      Senado            y   a  la sociedad
ante la gravísima situación
de la Enseñanza Primaria y Secundaria en España

(2017)

 

 

Indice

 

I.                  INTRODUCCIÓN                       Pags. 2-6

 

II.               PROPUESTAS                             Pags. 7-10

 

III.           LLAMAMIENTO  AL  GOBIERNO, 

 

A  LOS  PARTIDOS  EN  LA  OPOSICIÓN

 

Y  A  LA  SOCIEDAD                           Pags. 11-14

 

I.                INTRODUCCIÓN

 

·        Quede claro, primero, mi respeto a las personas (entre ellas compañeros ya fallecidos) que de buena fe defendieron la aprobación de la LOGSE.

 

·        Dicho esto, debo proclamar con rotundidad que la implantación de la LOGSE (y, más en concreto, de la ESO) ha sido, con mucha diferencia, el disparate educativo más descomunal que ha cometido España en toda su historia. Y que sus consecuencias han sido devastadoras para los profesores, para los alumnos, y para el presente y futuro de nuestra sociedad en su conjunto. La situación actual de los colegios e institutos de Enseñanza Primaria y Secundaria en España es, por sus funestas consecuencias en cadena, nuestro más grave problema social. Un problema cuya única solución es la vuelta a un sistema similar al del BUP y COU.

 

·        Ciñéndonos en principio a la ESO (Enseñanza Secundaria     Obligatoria) establezcamos  algunos hechos y valoraciones:

 

1.             Casi todos los profesores que lo impartieron, saben y afirman que con el anterior sistema (BUP + COU) su rendimiento profesional, su dignidad social, y su calidad de vida, eran mucho mayores; y  que sus alumnos salían mucho más cultos y mejor formados, tanto cívicamente como en su preparación humanística, científica y técnica.

 

2.             Los profesores que por su edad no llegaron a impartir la EGB, BUP o COU, pero que sí cursaron estos estudios, también saben y afirman casi unánimemente que el nivel de preparación (y nada digamos de orden y de respeto), era entonces muy superior al de los actuales alumnos.

 

3.              Los padres con hijos que cursaron antes la EGB, BUP y COU, y que a su vez tienen  o han tenido nietos escolarizados con el actual sistema confirman casi al unísono que ven los centros de ahora mucho menos formativos y mucho más problemáticos.

 

4.              Una abrumadora mayoría de los profesores universitarios sabe y afirma que los alumnos llegaban mucho mejor preparados a la Universidad hace veinte años (es decir, antes de la ESO) que ahora.

 

5.              Los efectos demoledores  de la falta de exigencia y disciplina se han dejado igualmente sentir en la FP. El distinguido intelectual librepensante, Alberto Rodríguez Álvarez, a su vez profesor de FP durante más de tres décadas, lo resumía así hace más de diez años en su antológico trabajo “La sombra de la  ESO  es alargada”:  

 

       “Me he visto obligado a ver, con preocupación y tristeza, cómo la nobleza de los alumnos de antaño, de alumnos que estuvieron a mi lado hace pocos años, ha sido dejada a la vera del camino para dejarle el paso libre a unos alumnos carentes de principios y que le ponen el freno a valores tales como la amistad, la solidaridad, el compañerismo, el respeto a los otros, la aceptación de los estudios, etcétera. Alumnos, todos mayores de 16 años, muy mal educados, violentos, intolerantes, egoístas, ingratos, falsos, irresponsables, vagos...”  

 

6.              Es una falacia afirmar que la ESO es socialmente avanzada y solidaria con las capas medias y bajas de la población. Y es una falacia, porque lo que interesa a los padres de clase media y baja es que sus hijos se formen en todos los sentidos lo mejor posible, que es precisamente lo que ha dejado de ocurrir al implantarse la ESO.

        

7.     Es igualmente falaz aseverar que la obligatoriedad de permanencia de todos los adolescentes en los centros hasta los 16 años haya mejorado el “derecho a la educación”.         Lo ha empeorado y mucho. Si bien la Ley de 1970 establecía la gratuidad y universalidad de la  EGB sólo hasta los 14 años, la realidad es que cualquier alumno que lo deseaba podía continuar con el BUP y COU de forma casi gratuita, con el único gasto de matrícula, compra de libros y transporte, existiendo becas para quienes a esos efectos lo necesitaban.   

 

8.              Las diferencias esenciales (aunque hay otras menores) entre el deseable  BUP  y la nefasta  ESO  son cuatro:

 

 

a) Que el BUP era voluntario.

 

b) Que para pasar al siguiente curso había que asimilar los contenidos de cada asignatura. Esta “base previa” garantizaba que los alumnos estuvieran “bien ubicados”en cursos que, en esencia, eran capaces de aprobar, por  su capacidad intelectual, o por su especial esfuerzo, o  por ambos.

 

c) Que el nivel de exigencia de cada asignatura (establecido por el Plan de Estudios) era, en esencia, innegociable  e  inexorable.

 

d) Que los comportamientos  inadecuados podían sancionarse ejemplarmente de diversas formas inmediatas. Y que las faltas muy graves o reiteradas derivaban en la expulsión del centro e incluso en la privación del derecho a proseguir los estudios del BUP en centro alguno. La expulsión se aplicaba poquísimo, pero (y porque) esta capacidad sancionadora estaba “ahí” como “ultimo elemento disuasorio” que todos daban por sobreentendido.

 

*Este elemento es  esencial para el funcionamiento de cualquier sistema educativo. Sin duda, el descarte casi total de la expulsión en la ESO está en la base del desorden y de la indisciplina en los actuales centros de la ESO y, por ende, en la base del trágico envilecimiento de la educación impartida así como en la base de la calcinación -psíquica, física y moral- del profesorado.

 

9.             Es falsa la excusa de que “la mayor conflictividad de los centros de ESO se debe al aumento de la conflictividad de la calle”. Más bien es al revés: el fracaso de este sistema “anti-educativo” ha generado mayor conflictividad juvenil en la calle. ¿Qué comportamientos callejeros, o domésticos, cabe esperar  si ni siquiera en los mismísimos centros educativos se consolida un hábito de orden y de respeto? ¿Cómo no van a contagiar los alumnos más “antisociales” su actitud a buena parte de sus compañeros si sus tropelías quedan  impunes? ¿Qué referentes morales  transmitimos a los adolescentes tolerando a diario en colegios e institutos actuaciones humillantes  -y hasta delictivas- contra alumnos, profesores y personal no docente?

 

10.                           Es indudable el pernicioso efecto  de muchos programas televisivos, y el de muchos contenidos de Internet, amén del de otras circunstancias contemporáneas. Pero esto no puede oscurecer la evidentísima relación “causa-efecto” entre la implantación de la ESO y el resquebrajamiento  de los Institutos a todos los niveles. Un hecho lo demuestra: sólo en el primer trimestre en que llegaron los primeros grupos de 3º de la  ESO a los Institutos hubo más problemas de disciplina que en los cinco años anteriores con todo el alumnado de BUP  y  COU  junto.
 

II.          PROPUESTAS
 

1.             PREÁMBULO
 

a) Sería, legislativa y operativamente, largo y engorroso volver “tal cual” al sistema consagrado en la Ley de 1970 (EGB-BUP-COU) incluyendo su denominación,  currículos y distribución de cursos (8 de Primaria, 3 de BUP y 1 de COU).

 

b) Nuestra educación y nuestra sociedad necesitan, sí, soluciones drásticas y eficaces, pero, al mismo tiempo, soluciones susceptibles de implementarse casi de inmediato y con el mínimo disenso posible. Esto puede conseguirse conservando el  “c a p a r a z ó n” (distribución de etapas y ciclos, currículos, profesorado) de la actual LOE pero introduciendo las modificaciones esenciales que siguen.

 
2.     PROPUESTAS  CONCRETAS


a)     Establecer al final de la Enseñanza Primaria una Prueba de Ingreso a la Enseñanza Secundaria (en adelante “ES”) ofreciéndose, hasta los 16 años, un itinerario alternativo a la ES para quien no apruebe, o no quiera presentarse, a esta Prueba de Ingreso;      y para quienes aún habiéndola aprobado no quieran acceder a la Enseñanza Secundaria sino al itinerario alternativo.  Los alumnos contarán, si quieren usarlas, con cuatro oportunidades para examinarse de la Prueba de Ingreso a la Enseñanza Secundaria. Esta Prueba tendrá convocatorias en junio y en septiembre.

 

b)    Limitar a dos, en todos los niveles educativos, el número de asignaturas suspendidas con las que se puede pasar al curso siguiente.

 

c)     Establecer una Reválida al acabar 4º de la ES,  cuya superación será requisito imprescindible para cursar el Bachillerato. Los alumnos que lo deseen contarán con cuatro oportunidades para superar los exámenes de esta Reválida.

 

d)    Situar en los 14 años la escolarización forzada, posibilitando el acceso a la Formación Profesional en régimen de aprendizaje en empresas, o el acceso directo al mercado laboral, a partir de esta edad.

 

*En Inglaterra, los jóvenes pueden realizar trabajos remunerados -con ciertos límites como el número de horas mensuales- desde los 13 años. La mejor manera de “responsabilizar” y “motivar” a los adolescentes que, al menos por el momento, no quieren seguir estudiando, es ofrecerles la posibilidad de asumir las responsabilidades, y disfrutar la remuneración, que todo trabajo conlleva. El trabajo, en cualquier sector o empresa, es, en sí, educativo, y constituye una opción de aprendizaje tan digna como cualquier otra.

 

**    No es lógico que un país que ha abierto su mercado laboral a millones de inmigrantes impida todo tipo de “regularización laboral” de sus propios adolescentes hasta los 16 años. Muchos adolescentes  inician carreras antisociales y delictivas de difícil retorno precisamente por falta de la opción legal de trabajar.

 

e)     Sin perjuicio de la opción, por decisión judicial, del internamiento en correccionales de los responsables de hechos particularmente graves cometidos en los centros o fuera de ellos, SE CREARÁN, para los alumnos de edad inferior a 16 años que persistentemente ocasionen conflictos en sus colegios e institutos, CENTROS DE REEDUCACIÓN con normativa específica y profesorado voluntario y especializado.                  Es esta la única forma de garantizar, a la inmensa mayoría de alumnos que seguirá en el resto de los centros, el respetuoso ambiente de ordenada libertad, disciplina y trabajo que constituyen “conditiones sine quibus non” para el eficaz proceso educativo al que el resto de los alumnos y padres tienen derecho.

 

*Es pura y sencillamente imposible, por muchas vueltas que le demos, “restituir la autoridad al profesorado” si se mantiene la suicida premisa de que “el alumno reiteradamente infractor va a seguir en el centro de todos modos”. Sin opciones claras de castigo, expulsión o derivación, no hay educación.

                                

-El derecho a la educación ha de tener, como todos los derechos, sus cauces y sus límites. Del mismo modo que el derecho constitucional a “circular libremente por el país” queda suspendido si una persona comete un delito que apareje la reclusión en prisión, igualmente el mal comportamiento, grave o reiterado, en los colegios e institutos, no sólo no debe  quedar nunca impune sino que debe ser disuadido y penalizado expeditivamente, como única forma de conseguir su pronta erradicación y la consecuente normalización de la vida escolar.

 

         -En cualquier caso, los menores de 16 años con comportamientos inadmisibles seguirán conservando, hasta esa edad y salvo en los casos graves de internamiento en otros recintos por decisión judicial, el derecho a la educación en el centro de reeducación, comarcal o de distrito, al que se les derive.

   
III.             LLAMAMIENTO  AL  GOBIERNO,        

 

A  LOS  PARTIDOS EN  LA OPOSICIÓN

         

                Y  A  LA  SOCIEDAD


1.              Respetuosamente urjo al Presidente del Gobierno, a los órganos del  Ministerio de Educación, a todos los diputados del Congreso, y a las estructuras orgánicas de los partidos en él representados, que acometan las reformas que aquí se proponen –y otras complementarias de índole similar- para invertir el proceso de autodestrucción en que está inmerso el sistema educativo y posibilitar el retorno de la paz escolar y de todos los efectos beneficiosos que esta conlleva.

 

2.              Urjo también a los profesores, y a los padres y madres de los alumnos, a que alcen su voz inequívocamente a través de los claustros, de los consejos escolares y de los medios de comunicación, ejerciendo la presión necesaria para que nuestros gobernantes cambien el rumbo, hoy suicida, de nuestra Enseñanza Pública.

 

3.              Este cambio de rumbo, que imperiosamente necesita nuestra Educación, no es,  no debe ser, una cuestión de carácter ideológico, político o partidista. No es una cuestión de PSOE,  PP,  C´s,  Podemos, IU, etc.,  ni han de tener nada que ver las preferencias centralistas o nacionalistas.

 

4.              Estamos ante un asunto de sentido común, de defensa común de la enseñanza y por ende del futuro de los niños y adolescentes de todas nuestras  provincias y  CCAA.

 

5.              Estamos, todos, ante la obligación exigida por la Constitución -que nos define como “Estado social y democrático de derecho...” y que propugna como “valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad...”-            de defender eficazmente los –hoy desprotegidos- intereses educativos de los hijos de las capas medias y bajas de la población.  

 

6.              En efecto, los erróneos principios en que se fundamentó la LOGSE, y más en concreto, la ESO  -errores que persisten en las leyes que han subseguido a la LOGSE, que esencialmente son más de lo mismo-  han creado un abismo  entre (por así denominarlos “grosso modo”) ricos y no ricos.

 

7.              La diferencia ambiental, educativa y formativa entre los colegios públicos y los concertados (y nada digamos de los privados) es hoy muy superior a la que existía hace veinte años.

 

8.              La solución no puede ser (como pretenden y propugnan algunos) igualar por abajo y repartir la miseria “obligando a funcionar a los centros concertados como actualmente funcionan los públicos”. No. Obviamente, la única solución eficaz y sensata es “modificar el sistema para  que los centros públicos puedan funcionar, en la máxima medida de lo posible, como lo están haciendo los privados”.

 

9.              Sería, a los anteriores efectos, muy deseable (aunque no es  en modo alguno  imprescindible) la colaboración de los sindicatos y partidos (IU, UGT, CCOO, etc.) que, junto al PSOE  y desde 1985, gestaron la LOGSE-ESO  y su implementación  y  continuidad.

 

10.                                Comprendemos que a estos sindicatos y partidos les resulte complicado reconocer sus graves errores de partida, y su terca pertinacia en ellos a lo largo de tres décadas hasta hoy mismo. Pero deben tener en cuenta, en primer lugar, que todos los partidos políticos europeos verdaderamente serios y responsables han hecho a lo largo del siglo XX algún tipo de revisionismo y no ha pasado nada. En segundo lugar, nadie les exige –no yo al menos-  golpes de pecho ostentosos ni rectificaciones públicas explícitas: bastará a veces con su responsable silencio y con su cooperación más o menos tácita y aportaciones “de matiz” para posibilitar que el Gobierno y el Congreso, culminen ágilmente el proceso de cambio y nos saquen a muy corto plazo del atolladero actual.

 

11.                                 No obstante, por mucho que quien suscribe quiera evitar reproches que podrían ser contraproducentes, nadie debe perder de vista que la mayor parte de los diagnósticos de este trabajo, y de sus propuestas, son compartidas por la abrumadora mayoría del profesorado.  Sólo el pudor, el miedo, y la presión mediática, han impedido que se eleven a “públicas” las convicciones que casi todos expresan en “petit comité”. Pero, señores, la situación está cambiando y la omertá también.  Quienes se empeñen, poniendo piedras en el camino, en mantener hundidos al profesorado, a los centros públicos y a la sociedad en la infame ciénaga actual, lo pueden pagar muy caro, y quizá durante lustros, en las urnas políticas y sindicales.

 

12.                                Precisamente, una de las pretensiones de este trabajo es la de estimular no sólo  al profesorado y padres, sino también a las asociaciones, personalidades y personas de todo ámbito  e ideología a romper el ominoso muro de silencio y la vergonzante coacción moral que  han venido constriñendo la libre expresión del pensamiento mayoritario durante las dos últimas décadas.

 

13.                                Reitero mi petición formal al  Presidente  don Mariano Rajoy Brey, a su Gobierno, a todos los grupos parlamentarios  y a los máximos órganos de todos los partidos representados en el Congreso,  de que  inicien de inmediato y por  vía urgente el camino que conduzca hacia  las reformas solicitadas.

 

14.                                Si en otros países, como  Alemania,  ha habido  no pocas coaliciones o acuerdos entre partidos dispares para posibilitar reformas sociales que entendieron necesarias, con mucha más razón puede hacerse lo mismo en España  para garantizar un bien social superior y cuya necesidad es aún más urgente e inaplazable:        

 

EL  DERECHO A  UNA

 “EDUCACIÓN”

QUE  MEREZCA  TAL  NOMBRE.

 
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